*La orden del
Alcalde de Copiapó Maglio Cicardini Neyra fue directa y concreta: "debemos
ayudar en todos los aspectos a los vecinos de Paipote, de forma rápida y
eficaz".

El barro
literalmente arrasó con sus hogares, decenas de familias en el casco histórico
del sector de Paipote lo perdieron todo, y aunque las vías principales han
permitido llegar con ayuda, el dolor y la desolación hoy se ve un poco aplacada
por la ayuda humanitaria que la Ilustre Municipalidad de Copiapó entregó en los
distintos hogares, "la ayuda que la municipalidad nos está entregando, es
una de las cosas buenas que están pasando, porque toda ayuda es buena y se
agradece, me emociono, pero esto es mi vida", reflexionó Héctor Monárdez,
vecino de 65 años del sector.
Se denomina como
operativo de ayuda al casco histórico de Paipote, y es que por tres días mínimo
se ha instalado una carpa de emergencia con ayuda médica en la Plaza Paipote y
además es el lugar donde parten los móviles municipales con ayuda humanitaria para
los hogares más afectados del sector, "sabemos que este sector fue
absolutamente devastado, por lo mismo que lleguen con ayuda es como un respiro
a todo lo que sucedió, muy bueno que lleguen acá porque fuimos muy
afectados", explicó Michael Pérez, vecino que se encontraba sacando barro
de su hogar.
La orden del
Alcalde de Copiapó Maglio Cicardini Neyra fue directa y concreta, "debemos
ayudar en todos los aspectos a los vecinos de Paipote, de forma rápida y
eficaz", es por esto que además de la ayuda humanitaria, se encuentran
asistentes sociales realizando la encuesta EFU, con el fin que las familias que
lo han perdido todo, puedan acceder al bono de ayuda de un millón de pesos;
médicos de distintas especialidades atienden en la plaza de Paipote a los vecinos
con problemas de salud y abogados municipales entregan asesorías jurídicas.
"Con la ayuda que nos están entregando masticamos un poco el dolor que
hemos tenido, somos firmes y nos vamos a parar, por lo que yo doy las gracias a
todos los que nos han ayudado", reconoció muy emocionado, Mario Pastén
desde el frontis destruido de su hogar.